Me he pasado la vida leyendo entre líneas, no porque un día haya dicho esto es lo que voy a hacer, simplemente siempre he sido así, es mi manera de vivir en este mundo, preguntarme y preguntar el por qué y el para qué de todo. Me encantan las texturas, pero normalmente mi forma de descubrirlas no es el tacto sino la vibración.
Vivelo →Estudié Politología en Los Andes -Bogotá- porque literalmente soñaba con cambiar el mundo, pero al finalizar me di cuenta que el mundo no se cambia con política sino trabajando un alma a la vez. Fui una alumna muy extraña, me encantaba la sanación, sabía manejar el péndulo, tomaba esencias florales e incluso citaba a Osho y a Krishnamurti, al lado de novelas y películas, en un intento por resolver qué nos ha llevado a vivir, pensar y comportarnos como lo hacemos, la historia de la humanidad, las luchas de poder convertidas en muerte y en guerras. Eso me mostró que el mundo es gigante y que hay muchas maneras de hacer las cosas.
Después vinieron las ganas, no sólo de interpretar la vida sino de tomar acción, así que hice una maestría en Madrid en cooperación internacional y proyectos de desarrollo; luego creí que la gestión cultural estaba hecha a mi medida, pero la crisis económica del 2009 nos cambiaría completamente la forma en la que encaramos el trabajo, y por supuesto, la vida. La generación más educada -hasta entonces- aprendió que los empleos no son para siempre, que estudiar no garantiza que te van a contratar y que al final hay muchas maneras de hacer las cosas, reinventarse y sobre todo de buscarse la vida.
El caos que estas circunstancias trajo, inestabilidad laboral, trabajos intermitentes, una mudanza intercontinental y un robo-secuestro. Creó el escenario perfecto, en el que me ví y ví mi vida, aquel en el que decidí tomar acción, y desarrollar mi función: diseñar espacios sensoriales de sanación.
“Lo esencial es invisible a los ojos”, leí desde muy niña en El Principito, pero uff, ha tenido que pasar un montón de tiempo y de cosas para que yo misma no me sienta incómoda por ver o sentir más allá de lo que normalmente la mayoría de la gente no ve. Para mí lo esencial siempre ha sido lo que sentimos y cómo lo expresamos en palabras, gestos, miradas, la forma en la que nos vestimos o decoramos nuestra casa, las formas y patrones geométricos de la naturaleza y sus aplicaciones en el diseño, en la tecnología o en la arquitectura.
Acerca de mi
El remix siempre ha sido lo mío, llevo 19 años navegando entre mundos, mi constante ha sido reinventarme a mí misma para acompañar el cambio en lo personal y en lo social, una búsqueda por la autenticidad y mi propia verdad, con mi péndulo en un bolsillo, mis esencias florales, las plantas y uno que otro cristal en el otro, un libro y mi libreta Moleskine -en el bolso- para anotar cada idea que se me ocurre.